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CULTURA DEL TRABAJO AMERICANA

Updated: Jan 22, 2023



Uno de los motivos más frecuentes que nos lleva a la mayoría a cambiar el lugar de residencia a otro país, es el trabajo, ya sea por obligación o por la apertura a una nueva experiencia laboral. Ésta última fue la causa determinante que a mí me trajo a estas tierras.


Éste es mi quinto año como profesora visitante en Texas. Este tiempo me ha dado la posibilidad de observar y reflexionar sobre aspectos generales del mundo laboral americano.


EEUU se distingue enormemente de España en un aspecto crucial: la cantidad de oferta de trabajo existente. Las estadísticas muestran que hay más puestos de trabajo que personas, y es creíble. Muchísima gente, de hecho, compagina dos trabajos. Uno en la parte central del día (jornada completa), y otro en lo que ellos llaman la tarde-noche, a partir de las 5 de la tarde, y fines de semana. ¿Por qué? porque supone una fuente de ingresos extra, y aquí la vida es cara. Estas actividades secundarias suelen tener horarios más flexibles y abiertos como por ejemplo, los conductores de uber o de doordash. Doordash es tipo "globo" pero con automóvil, aquí lo del uso de la bicicleta,(al menos en Austin), es mucho más limitado.


En todos estos años viviendo aquí, no he conocido a nadie en el paro. Lo que sí que he conocido son muchos jubilados trabajando. Normalmente, las pensiones no son suficiente para pagar la supervivencia a largo plazo. Así, que la gente retirada, tiene que seguir trabajando. Es común verlos en supermercados como dependientes o cajeros, sobre todo en horario nocturno, o asistentes en otros puestos. Por ejemplo, mi auxiliar, cuando trabajé en la etapa de Infantil, era una señora ya jubilada.

Es una realidad tan aceptada por los americanos, que casi todos los trabajadores en edad laboral planean cúal quieren que sea su actividad después de la jubilación, y dirigen sus pasos hacia ello antes de que llegue.


Refiriéndome a las actividades de trabajo, La mayoría de las personas que conozco fuera de la educación se dedican al sector de los servicios profesionales, científicos y técnicos, muchísima tecnología y otros que se derivan de éstos mismos.

Un aspecto que me sorprende y que no veo tanto , (quizá porque no me muevo en ese círculo), es que no hay fábricas manufactureras, excepto las que se dedican al petróleo, claro. En 7 años en total en contacto con esta cultura y después de todas la interacciones que he tenido, nunca he conocido a una persona que trabajara en una fábrica. En la construcción, sí, mucha gente, pero en una fábrica manufacturera no. Haberlas las hay, pero en mucho menor cantidad de lo que estamos acostumbrados a ver en nuestro país.


Otro aspecto que me ha hecho mucho pensar desde que llegué aquí, son los horarios de trabajo. Primero porque me afecta personalmente ¡lo mucho que se madruga aquí en general! Las 7 de la mañana es comparable al funcionamiento al que estamos acostumbrados a ver en España a las 9 am. Lo habitual es que se trabajen 8 horas en la parte central del día. Se suele a las 6, 7, 8 de la mañana, a escuela infantil y primaria comienza a las 7,30 am para haceros una idea.

En casi todos los trabajos se tiene una hora a mitad de jornada para comer, que normalmente se pasa en el trabajo o cerca, no se vuelve a casa. El "lunch" se supone más ligero que nuestra comida con sobremesa ( y siesta si se puede...), así que lo típico es que todo el mundo vaya con su tupper a trabajar todos días , a no ser que disponga de servicio de comedor en la oficina o que se salga a comer fuera. Aunque muchas veces no hace falta ni un break para comer, se hace mientras se trabaja, a todas horas, y no está mal visto, está super aceptado en el funcionar del día a día. Los niños comen sus snacks en clase, yo misma también; en las reuniones se come mientras se trabaja, mientras se está reunido, hay que maximizar tiempo. Y de hecho, otras de las cosas que me he descubierto a mí misma haciendo sin haberlo planeado, es comer en el coche; si voy de un sitio para otro y no me ha dado tiempo de comer en todo el día, el rato del traslado es un buen momento para recargar baterías.


Sobre las 4, 5 de la tarde, empieza el éxodo masivo del personal de vuelta a sus hogares, de ahí que sean las peores horas para el tráfico y para el supermercado. Bueno, para ir al super…. si es que aún eres “old school” como dirían aquí y haces la compra en persona, digo ésto porque después de la pandemia se ha puesto especialmente de moda el “curbside” . ¡Yo ya no recorro los pasillos del súper casi nunca! Pido la compra por internet, establezco la hora de recogida, y al tiempo voy a recogerla, aparcas en el parking del súper, envías un mensaje avisando que ya has llegado y un trabajador viene con tu carrito y te mete las bolsas en el maletero, tú no tienes ni que salir del coche. Así de sencillo, así de cómodo.


Dejando los horarios a un lado y concentrándome en las virtudes del sistema que he descubierto, me gustaría resaltar tres aspectos que admiro de aquí: la puntualidad, la eficacia y la responsabilidad profesional.


Puntualidad. Al principio me parecía gracioso ver reuniones y eventos programados a horas tan inusuales como por ejemplo, las 7:08, no las 7 en punto o las 7:10 o si me apuras las 7:15, ¿por qué es ésto así? porque si pone a las 7,08 es que la reunión comenzará a esa hora exactamente, a las 7,06 se espera que estés haciendo otra cosa y si llegas a las 7,09 se considerará que llegas tarde a la reunión. Mi mejor TIP es que sincronices tu reloj/móvil con el reloj de la compañía donde trabajes, así no te llevarás sustos. Me gusta esta puntualidad, nadie pierde su tiempo esperando a otros.


Segundo, la eficacia. Son más directos, sobre todo en reuniones y temas en los que hay mucha gente implicada. No se demoran tanto en la socialización, cuando hay un meeting van directos al meollo de la cuestión. Siempre hay un orden del día que se sigue con rigor. Y la eficacia también se extiende a otros aspectos, son eficaces cuando diferentes puestos de trabajo se tienen que encargar de diferentes actividades. Pídele a una secretaria que te haga una diligencia, en 2 minutos, resuelta, haz una llamada de teléfono para que te arreglen un problema de conexión online o cualquier cosa que te pase en aspectos logísticos, arreglado en el acto, llama al fontanero para que te arregle el grifo de la cocina, el mismo día tienes al gremio susodicho en tu casa… y así etc. A veces pienso esto ocurre porque éste es en un país en el que casi todos los servicios estan privatizados, la eficacia va ligado a la exigencia y la competitividad. Cuanto más eficaz eres, menos competitividad tendrás de otros que se dediquen a lo mismo. Habrá más clientes que solicitarán tus servicios. Es también la "pescadilla que se muerde la cola" ya que nosotros, los clientes, cada vez nos volvemos más exigentes y cuando somos trabajadores, más exigidos.


Tercer aspecto a destacar, la responsabilidad profesional. A mí me ha enseñado mucho a ver la paja en el ojo propio. No es que quiera copiar este rasgo tal cual de los americanos, ni que lo admire por encima de todo, pero me ha enseñado mucho. Los estadounidenses suelen ser bastante complacientes, no expresan la queja por la carga de trabajo tan abiertamente como lo haríamos nosotros. Están acostumbrados a un nivel de presión y estrés laboral mayor y suelen ser muy eficaces en su desempeño. Cuando un jefe atribuye más y más actividades o encargos a un subordinado, no suele ser común el que el empleado ponga límites; por eso digo, no es algo que me gustaría copiar al dedillo, pero sí me ha enseñado a ver que quizá los españoles tenemos una cierta tendencia a menospreciarnos e infravalorar nuestras aptitudes (¿nfluye un poco la holgazanería?) . O quizá sea sólo una impresión personal, ahora me doy cuenta que he adquirido esta capacidad “multitasking” y que puedo hacer muchísimas más tareas en la misma cantidad de tiempo que las que hacía en España y de manera eficiente.


Ésto va un poco hilado a la disponibilidad del empleado. Aquí se exige una mayor dedicación al puesto de trabajo en tu tiempo personal. Móvil, teléfono de la oficina, email, aplicaciones tipo "Teams"... por todos los sitios te llegan avisos, y se espera que estés al tanto de todos a cualquier hora del día, sea o no dentro del horario laboral.


De hecho, ésto me recuerda a otro aspecto que me fascina de aquí: la tecnología y el trabajo online. Están mucho más integrados en el funcionamiento general del día a día. En el mundo laboral, como empleado se espera que a nivel de usuario tengas un conocimiento básico de muchas aplicaciones, sistemas de cloud, blend…etc. Ni siquiera en la entrevista de trabajo te preguntan si eres capaz de manejarte con estos sistemas, se espera de ti, te ponen a ello el primer día de faena y ya está. Eso me pasó a mí, y salió bien, la verdad, he aprendido a navegar y utilizar muchísimo mejor las tecnologías a base de práctica.


Podría seguir nombrando otros aspectos observados en estos años, pero los destacados, son los principales que más me han chocado desde mis comienzos aquí.


Cuando te lanzas a una experiencia como ésta, afortunada o desafortunadamente, el trabajo ocupa una parte muy central del experimento; tratar de entender por qué hay cosas que funcionan de determinada manera en el lugar donde estás ayuda a estar más en paz con uno mismo, y sobre todo a ser más compasivo con las frustraciones que se sienten casi diariamente. Hay que perdonarse mucho, porque por muy veterano que se sea en una profesión, un cambio de escenario te pone de nuevo en pañales.



Aquí os dejo un episodio de mi podcast, si quieres mejor escuchar una versión sonora de este artículo.



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